martes, 29 de abril de 2014

Mi sueño. Fragmento segundo.

A veces nadie te apoya. Te sientes solo, hundido y acabado. Cuando hasta el reloj te da la espalda, sólo queda llorar...
Hola a todos. Soy Leo Sarmed y en esta ocasión me gustaría compartir los problemas que surgen dentro de ese sueño.
Como podéis comprobar, esta experiencia me interesa especialmente exponerla porque seguramente muchos de los que me leáis seréis grandes aficionados de la lectura/escritura.
No es fácil, y quien opine lo contrario, se equivoca. La dificultad no se halla en el escribir en sí, sino en todo lo que rodea tal hecho.
El primer inconveniente que encontré en la realización de esta labor es la de compaginarla con los estudios. A menudo no hay tiempo para escribir y, en caso de haberlo, la mente se halla tan extenuada que renuncia incluso a la evasión que supone su alivio. Entristece bastante encontrarte en medio de un desierto durante demasiado tiempo como para sobrevivir, encontrar un vaso de agua y saber que ya ni siquiera podrás sentir su frescor o ese tacto único resbalando por tus labios.
Otro gran obstáculo que se encuentra quien escribe es la aparición de comentarios e intromisiones poco respetuosas que dan a conocer su opinión de forma destructiva y dañina. Cuando se aporta una sugerencia al trabajo y el esfuerzo de alguien, esta debe ir orientada a su impulso, a su mejoría y a la corrección de una serie de elementos que guíe por buen camino a la persona en cuestión.
En cuanto al ámbito económico, confío en que mi lector/a no malinterprete lo que diré a continuación. Es normal que todo amante de la escritura desee ganar una cierta cantidad de dinero por su labor en las letras. Este sector está muy mal pagado y su consecuencia puede verse en demasiados escritores encarcelados en trabajos que no quieren hacer, por el simple hecho de ganarse un sustento. No se trata de escribir por dinero, sino de poder vivir y dedicarse a ello.
Algunos afortunados y genios de la literatura lo consiguen, pero es más fácil triunfar en otros ámbitos por mover una mayor cantidad de masas populares y dinero (cabe mencionar fútbol y política).
El arte se está muriendo. Se mueren las letras, se mueren los cuadros y en mi país parece que incluso muere el cine y el teatro. Todo aquello que realmente define al ser humano, se está marchitando.
¿Mi consejo? Apagad la televisión, entablad contacto directo con vuestro entorno, conoceros a vosotros mismos, leed, adentraros en vuestra propia alma. Al fin y al cabo es allí donde podréis contemplar algunas de las cosas más bellas.
Yo sólo tengo 18 años. Tengo toda una vida para aprender, crecer y avanzar paso tras paso. Sé lo que quiero y cómo lucharé por ello. Quiero escribir y lucharé escribiendo.


Ya sabes, no te vayas sin comentar, sugerir y proponer (siempre desde el respeto), y muchas gracias por formar parte de todo esto.

4 comentarios:

  1. Es cierto que algunas personas juzgan las creaciones y se expresan con dureza, para eso hay cuatro explicaciones, la primera que el susodicho no sea capaz de valorar, es decir, que su nivel cultural sea muy bajo, y un interés nulo en cambiar esto, la segunda es, como siempre, la envidia, la tercera es que aunque lo diga con dureza sea por característica de la persona, y no porque hayas echo algo específico, y la última, y la más poco correcta a mis ojos, pero que por curiosidades de la vida con ciertos individuos funciona, por provocar una necesidad de superación en el creador de dichas críticas, para las personas sensibles no es una buena forma de motivarnos, pero para otros seres más rudos si lo es. Este tipo de psicología es común en ámbito militar o deportivo.

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    1. Coincido contigo. Te agradezco tu aportación al blog, ya que es el conocer opiniones y esa interacción la que nutre cada idea. GRACIAS.

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  2. Por aquí otra luchadora del arte. Te deseo lo mejor Leo en este sueño que ya es realidad...mis felicitaciones al escritor y al muchacho detrás.

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    1. Muchas gracias. Estás cordialmente invitada a visitar el blog y comentar cuanto quieras. Mucho ánimo con tu lucha, que la recompensa suele ser proporcional.

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