martes, 23 de septiembre de 2014

Granada #3 | Emociones.

Esta ciudad me abraza, me colma de sensaciones que antes sólo soñaba. Esta ciudad me llamaba y ahora... ahora me tiene.

Es tan difícil describir con palabras la esencia misma de toda esta magia. Aun así, lo intentaré; intentaré transmitiros lo que siento, lo que estalla dentro de mí en este presente infinito abarcado por el pasado y el futuro mismo.

Hoy empiezo la universidad, mi primer curso. Todo es desconocido para mí, pero tengo ganas, muchas, porque sé que estudiaré lo que de verdad quiero, lo que me permitirá aportar algo a los demás: psicología.

Pero no es de hoy de lo que quiero hablaros, sino de estos dos últimos días. No escribí esto antes por cuestiones de tiempo, pero nunca es tarde.

El domingo fue un día increíble. Eran sobre las dos de la tarde cuando mi compañera de piso me propuso salir por Granada. 
Durante ese paseo me dejé fascinar por sus calles, hice fotos a todo lo que me llamaba la atención o, sencillamente, me parecía bello.
Almorzamos una pizza de carne picante y seguimos nuestro camino por el Albaicín. Me encanta esa vida que derrochan las calles y plazas, el gentío y su energía, su saber estar.
Los lugares que más me gustaron no pretendo describirlos aquí, y aunque prefiero mostrarlos por fotos, siguen guardando con recelo su esencia en la realidad que me acercó a ellos.
Un puente que se alzaba sobre un riachuelo de relajante y evasor sonido, unos baños árabes que te mostraban con el recuerdo de sus piedras lo que un día fue, unas calles capaces de hablar, unos adoquines con relatos fantásticos, un mirador colmado del bohemio sonido de su gente y la Alhambra saludando orgullosa sobre la ciudad.
Ese atardecer tras las montañas y las nubes, tras ese abrazo de cielo y civilización que mostraba con cierto misticismo matices de realidad entre mito y vida.

Largas y enriquecedoras conversaciones con esta mujer de 50 años, tan jovial como vivida, son algo a destacar.

Llegué al piso cansado y con ganas de tumbarme, la cama me atrapó y fue imposible narrar la experiencia de lo que fue.

El día siguiente comenzó con otro paseo, pero esta vez con mi compañero de piso, un joven de 22 años que pronto dejará el piso para irse a otra zona de la ciudad. Vi otra Granada, más amplia, más enérgica, más... vigorosa. En ese paseo no tomé instantáneas, pero conservo cada fuente y ruta en mi mente de forma impecable.

Lo intenso volvió al atardecer. Belén (la compañera), me pidió que la ayudase a llevar unas cosas al una famosa empresa de compra-venta de artículos de 2ª mano que no diré que es Cash Converters.
Fue a desprenderse de objetos y recuerdos que no podía arrastrar consigo, pues en pocos días se va a Madrid a empezar una nueva vida. Verla colocando sobre aquel mostrador libros algo gastados encendió algo en mí. 
Ella es la imagen bohemia por excelencia, una persona con una economía suficiente para su sustento y un viajar librándose de "lastres materiales" cargados de valores emocionales.
Me partía el corazón aquella escena, ver cómo el encargado clasificaba los libros y rechazaba la compra de la mayoría sólo por su imagen. Entonces lo vi claro: no importa el contenido, no importan las letras, esas historias y tramas que ella habrá leído, disfrutado, aprovechado y sentido, sino la mera apariencia externa.
Debe ser muy difícil desprenderse de algo que te ha acompañado mucho tiempo y tiene tal carga afectiva para ti, eso fue lo que me dolió, junto a escucharla decir "tendré que tirarlos".
No podía llevárselos por cuestión de transporte y espacio, pero yo no podía permitir que tirase unos libros que, como muchos lectores sabrán, pueden ser tan enriquecedores a nivel personal.
Me los he quedado, son poco más de veinte. Me he propuesto algo que ya os contaré más detenidamente en otro post, pero... ¿tirarlos? no.

La noche de ayer terminó entre un par de tapeos y más conversaciones de esas que te aportan tanto como persona y como ser humano. 
Sencillamente, mi estancia aquí está siendo increíble y, por supuesto, la agradezco inmensamente.

Este post se lo quiero dedicar a Belén por ser, en cierto modo, su protagonista. Desde aquí le deseo mucha suerte en su viaje y mucha fuerza en su lucha de ideales y valores. Es uno de esos seres de luz...


En cuanto a vosotros, agradeceros también que estéis ahí día tras día. Aunque lo haya obviado, sigo trabajando bastante en el blog y los resultados son muy satisfactorios a todos los niveles. GRACIAS.

Me gustaría conocer vuestra opinión: 
¿Conocéis Granada? ¿Qué os parece? ¿Os ha gustado el post? 
¿Cuál ha sido la experiencia más intensa o nostálgica que habéis vivido? 
Ya sabéis, dejadme vuestras aportaciones abajo en los comentarios; me interesa leeros.

Un abrazo con sentimiento y...
¡Hasta la próxima!

*Todas las imágenes del post son propias, realizadas durante el primer paseo narrado.

4 comentarios:

  1. No conozco Granada pero la estás pintando genial. Habrá que visitarla...
    Me encanta que hayas escogido psicología, ya nos explicarás como te va, pero bienvenido al barco. El mundo de la psicología es más que interesantísimo, ya verás.

    Irene Calduch

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    1. jajaja estoy seguro de ello. Seguiré subiendo novedades y experiencias que me sucedan aquí. No sabes cómo me gusta compartir todas estas cosas en el blog *_*
      Un abrazo muy grande y gracias por comentar una vez más, ya eres veterana aquí jaja.

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  2. Es curioso como la rutina hace que los lugares pierdan la magia.
    Me explico; llevo viviendo en Granada la mayor parte de mi vida. Me conozco cada calle y cada rincón y llevo mucho tiempo sin ver esta ciudad como tu la estas viendo ahora. Quizás sea por la rutina como he dicho, de ver tanto una cosa te acabas cansando de ella así que me alegro que, de vez en cuando, alguien me recuerde lo bonito de este sitio con la mirada llena de ilusión que yo perdí hace algún tiempo.
    P.D: Me alegra saber que hay alguien en mi clase de psicología al que le guste escribir y que lo haga tan bien ;)

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    1. Me encantaría saber quien eres. Me ha gustado mucho tu comentario y tranquila, los psicólogos sabremos cómo revivir esos pedazos de magia. Un abrazo muy fuerte.

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