Un buen trabajo se aprecia cuando se ha dejado el alma en él.
Es el caso de una cover muy lograda que viene de la mano de Leroy Sanchez. El instrumental tiene personalidad propia, algo muy difícil de conseguir cuando se trata de una cover. Por otro lado, destaca durante todo el vídeo una realización y estética cuanto menos currada y profesional, dando como resultado algo que podríamos llamar arte en blanco y negro. Sin duda no podía faltar en el vídeo un elemento fundamental que compone Chandelier, la sublimación a través de la danza. No es comparable a lo original ni a la niña del videoclip, pero sí que mantiene firmemente esa fuerza característica que llega directamente al espectador. En otras palabras, la expresión corporal me ha fascinado segundo a segundo. A mí me ha gustado, así que aquí os dejo el vídeo del que hablo:
Esta ha sido mi breve review de la Cover de Chandelier, hecha por Leroy Sanchez, y ahora quiero conocer vuestra opinión:
¿Os ha gustado?
¿Qué destacaríais de todo el conjunto audio/vídeo?
Podéis proponerme en los comentarios y en las redes sociales más contenido que queráis que exponga aquí.
Y como siempre, agradeceros que sigáis visitando este espacio compartido.
Desde el momento en que #RubiusTeQueremos llega a mantenerse como un constante entre los Trending Topics, el youtuber con más suscriptores de España ya ha demostrado hacer bien su trabajo.
Intentaré ser breve y, a diferencia de Mexivergas, no os haré perder el tiempo.
No soy fan de ElrubiusOmg ni me considero criaturita del señor, aunque sí que reconozco ver vídeos suyos en ocasiones y disfrutarlos como espectador pasivo.
Puntualizar previamente también que hago esta crítica como una exposición y visión abierta sobre un tema de actualidad desde mi gran interés por la psicología social, el marketing y el consumo.
Empezaré comentando brevemente lo que me parece El Rubius en sí. Como youtuber, consigue entretener a bastantes personas y su contenido es fresco, novedoso y trabajado. Se nota una edición dinámica de sus vídeos que hacen de ellos algo divertido y ameno.
También cabe aplaudir su constancia al publicar contenido frecuentemente, algo que no todos pueden presumir.
Por otro lado podríamos decir que lo que ofrece es un entretenimiento meramente pasivo y en ocasiones algo idiota que afecta especialmente a gente como los niños ratas favoreciendo en cierto modo algunas deficiencias en los mismos.
¿Y qué decir de lo expuesto por Mexivergas?
En primer lugar considero que la forma lo desacredita totalmente. Antes de publicar contenido o exponer una idea públicamente debería conocer algunas consideraciones básicas que empiezan por el respeto al objeto de debate, a los receptores y hasta al propio emisor (en este caso no se deja en un lugar mejor que el de un niñato malcriado por el asfalto).
Dejando de lado su vocabulario, su hiperactividad y esa extraña sensación que transmite de haberse esnifado hasta el detergente en polvo; pasaré directamente a opinar sobre el mensaje en sí.
En el vídeo se muestra una supuesta grabación de El Rubius reconociendo estar en Youtube sólo por dinero.
Respecto a esto decir varias cosas:
1. MexiVergas deja mal al servicio de inteligencia de Venezuela, que supongo que tendrá ocupaciones mejores que desenmascarar youtubers.
2. Me parecería legítimo y respetable el supuesto de que hubiese dicho eso realmente, ya que muchas personas trabajan por dinero, para comer y permitirse caprichos. Ello no supone ninguna patología ni se sale de lo normal. También lo aceptaría porque ese hecho no parecería afectar negativamente a la calidad de su contenido.
También suponer (opinión personal), que el youtuber no entró por dinero debido al momento en el que lo hizo y el trabajo que supone ascender en lo que hace. Los niños rata y demás desechos del ocio son un movimiento más reciente motivados por personajes como Rubén.
3. Es bastante probable que Mexivergas suba este vídeo por conseguir visitas y atención, cabiendo incluso la posibilidad de que sea contenido falso. Se ve que en su casa hacen ya oídos sordos a su reprobable forma de expresión y está buscando hacer nuevos amigos, aunque no sé exactamente si este es el mejor camino hacia su pretensión.
Y bueno... también se permite el lujo de analizar o predecir la situación psicológica y los traumas que atraviesan los fans de Rubius debido a la enorme conmoción que Mexivergas les provoca con su descubrimiento. Yo reconozco haber quedado conmocionado, pero no precisamente por el mensaje del vídeo...
Y bueno, dejemos de lanzar piedras a comportamientos o actitudes como hacer algo legítimo y bien hecho por el dinero que se consigue de ello. A mí no me importa tanto la pretensión como la profesionalidad y, sinceramente, lo preocupante no es una pretensión económica sino dañina o atacante hacia algún individuo o sector.
Y acabar este análisis lanzando una reflexión:
¿Cuál es la pretensión de Mexivergas en todo esto?
Yo opino que alguien que persigue visitas y se expresa tan mal haciendo críticas destructivas de otros, debe observarse a sí mismo.
Me gustaría que me dejáseis vuestra opinión en los comentarios para entender otras posturas y compartirlas.
También expresar la pena que me da la reacción del fandom. Sinceramente, deberíais controlar un poco la magnitud en que os afectan algunas cosas. Intentad al menos no parecer tan manipulables, que bien es cierto que, desde diversas industrias, os ven como fajos de billetes. Aquí sois fácilmente utilizables, tanto por Rubius como por Mexivergas. Si pasáis del segundo, su mensaje queda en (como él mismo diría) un abismo.
***
Y esta ha sido mi reacción a la polémica. Puede gustar o no, pero lo cierto es que expuse mi punto de vista acorde a las circunstancias.
Me gustaría que comentaseis abajo o en redes sociales para contrastar opiniones.
Por supuesto, dar las gracias a aquellos que me leéis a menudo. Espero que os gusten estos posts improvisados en los que pretendo mostraros algo más actual.
A los que me acabéis de conocer, os invito a visitar las demás entradas de mi blog; algunas os gustarán más que otras pero de todas os quedaréis con algo.
Cada vez damos más importancia a los "me gusta", los retweets, los follows, los tags y los favs. Lo peor de todo es que empezamos a olvidar el valor de las miradas, los gestos cómplices y esa energía oculta de conexión que enciende la mecha de lo imprevisible.
Mucho se discute actualmente sobre la creciente invasión de las redes sociales en nuestra vida cotidiana. Yo soy Leo Sarmed y hoy os voy a dar mi punto de vista. Resulta obvio lo prácticas que resultan las nuevas formas de comunicación como Facebook, Whatsapp, Line, Telegram, Twitter, etc. Hoy en día podemos comunicarnos con otras personas instantáneamente con un coste nulo o casi nulo. Este hecho nos ha favorecido en cierta medida; ahorramos en tiempo y dinero, pero también tiene sus repercusiones negativas. Una de las características de estas redes sociales es que te permite tener una cantidad de amigos mayor, es decir, más amplia que la habitual de tu entorno. Cuidar la apariencia y el agrado hacia los demás se ha ido convirtiendo, lamentablemente, en una prioridad. Así encontramos personas que persiguen followers en Twitter como si se tratase de agua en el desierto, grupos de Whatsapp con incansables y absurdas conversaciones sin contenido, fotos y fotos en Facebook o Instagram de la fecha de caducidad del yogur de "Pepito" o decenas y decenas de notificaciones en cualquiera de estos sitios. Si nos paramos a pensarlo con detenimiento, hemos caído presos de la tecnología. Cada sonidito o cada llamada de atención de una notificación nueva atrae nuestro interés hacia la pantalla del móvil, el ordenador, la tablet o cualquier otro aparato similar. Quizás sigamos sin ver el problema en todo ello. Para verlo, hay que retirar la vista de la pantalla y observar con detenimiento todo lo que nos estábamos perdiendo. No somos conscientes de lo que hay a nuestro alrededor mientras observamos sólo un pequeño tramo luminoso. Yo soy consumidor de una gran parte de redes sociales. Es natural que de bastante uso a internet cuando tengo dos blogs y me gusta comentar canales de youtube o blogs y mantener una cierta actividad en las redes. No obstante, considero vital desconectar de vez en cuando, dar un paseo, ir a comer fuera, hacer deporte o, extraordinariamente, proponerte lo impredecible fuera de casa, conocer a alguien sin necesidad de enviarle una petición virtual. Aunque no lo creáis, los seres humanos podemos ser extraordinarios, pero lo demostramos fuera, al apagar los monitores, al "desenchufarnos", al liberarnos de todas estas cadenas tecnológicas. ¿Mi propuesta? Apágalo todo durante un día, desactiva el wifi de tu móvil y vive lo real. Piérdete en una conversación en la que tus dedos descansen, piérdete en algún juego de miradas o piérdete en algún querer extraño. Como siempre digo, tu destino lo controlas tú y, sinceramente, dudo que quieras una vida conectado permanentemente a un aparato que te atrapa cada vez más. Quisiera dejaros, a propósito de este tema, un vídeo que me ha llegado mucho. Estoy seguro de que no os dejará indiferente. Dicho vídeo muestra de otra forma lo que acabo de exponer aquí mismo. Espero que os guste:
Ciertamente me parece genial. ¿Qué opináis vosotros? Quisiera despedirme con una última y breve reflexión: Nunca olvidéis que estáis vivos.
***
¿Os ha gustado esta reflexión? ¿Queréis que comparta más contenido similar? ¿Qué opináis sobre este tema? Tenéis toda una sección de comentarios para expresaros libremente. No hay censura de ningún tipo, aquí tú pones el límite. Me interesa conocer vuestras opiniones, vuestras sugerencias y puntos de vista. Y... ya de paso, si crees que este mensaje debe llegar a más gente, compártelo.
Pues hasta aquí puedo leer. Muchas gracias por estar ahí, por leerme, apoyarme y formar parte de todo esto. Ahora espero mejorar, aunque sea un poco, mi contenido.
Un abrazo muy grande y os espero en la próxima entrada.
Hola a todos y bienvenidos de nuevo a este espacio. Soy Leo Sarmed y hoy quisiera compartir con vosotros un cortometraje español que he tenido el gusto de ver recientemente. La frase que encabeza este post es el fragmento que me ha resultado más significativo de todo el vídeo. Seguramente, algunos de vosotros querríais decirle eso mismo a alguien en este momento. Haciendo un análisis general, esta creación tan breve nos invita a cuidar los detalles y a conservar aquello que queremos que forme parte de nuestras vidas, todo aquello que amamos realmente. Y es que no todos los finales son felices ni todas las historias son como un cuento; ni siquiera suelen tener un final esperado. Antes de dejaros con el vídeo quisiera lanzaros un consejo sobre el que reflexionar: Cuando esteis viviendo una historia que se asemeje a un sueño, a un ideal de vuestra vida, no busquéis un final feliz, mejor intentad borrar todo final posible para que eso perdure.
¿Qué moraleja sacáis de todo esto? ¿Os ha llegado realmente esta escena u os ha dejado indiferente? Comparte tu opinión en los comentarios y, ya que estamos, hazme saber si quieres más opiniones de cortometrajes (y más extensas).