A veces nadie te apoya. Te sientes solo, hundido y acabado. Cuando hasta el reloj te da la espalda, sólo queda llorar...
Hola a todos.
Soy Leo Sarmed y en esta ocasión me gustaría compartir los problemas que surgen
dentro de ese sueño.
Como podéis
comprobar, esta experiencia me interesa especialmente exponerla porque
seguramente muchos de los que me leáis seréis grandes aficionados de la
lectura/escritura.
No es fácil, y
quien opine lo contrario, se equivoca. La dificultad no se halla en el escribir
en sí, sino en todo lo que rodea tal hecho.
El primer
inconveniente que encontré en la realización de esta labor es la de
compaginarla con los estudios. A menudo no hay tiempo para escribir y, en caso
de haberlo, la mente se halla tan extenuada que renuncia incluso a la evasión
que supone su alivio. Entristece bastante encontrarte en medio de un desierto
durante demasiado tiempo como para sobrevivir, encontrar un vaso de agua y
saber que ya ni siquiera podrás sentir su frescor o ese tacto único resbalando
por tus labios.
Otro gran
obstáculo que se encuentra quien escribe es la aparición de comentarios e
intromisiones poco respetuosas que dan a conocer su opinión de forma
destructiva y dañina. Cuando se aporta una sugerencia al trabajo y el esfuerzo
de alguien, esta debe ir orientada a su impulso, a su mejoría y a la corrección
de una serie de elementos que guíe por buen camino a la persona en cuestión.
En cuanto al
ámbito económico, confío en que mi lector/a no malinterprete lo que diré a
continuación. Es normal que todo amante de la escritura desee ganar una cierta
cantidad de dinero por su labor en las letras. Este sector está muy mal pagado
y su consecuencia puede verse en demasiados escritores encarcelados en trabajos
que no quieren hacer, por el simple hecho de ganarse un sustento. No se trata
de escribir por dinero, sino de poder vivir y dedicarse a ello.
Algunos
afortunados y genios de la literatura lo consiguen, pero es más fácil triunfar
en otros ámbitos por mover una mayor cantidad de masas populares y dinero (cabe
mencionar fútbol y política).
El arte se
está muriendo. Se mueren las letras, se mueren los cuadros y en mi país parece
que incluso muere el cine y el teatro. Todo aquello que realmente define al ser
humano, se está marchitando.
¿Mi consejo?
Apagad la televisión, entablad contacto directo con vuestro entorno, conoceros
a vosotros mismos, leed, adentraros en vuestra propia alma. Al fin y al cabo es
allí donde podréis contemplar algunas de las cosas más bellas.
Yo sólo tengo
18 años. Tengo toda una vida para aprender, crecer y avanzar paso tras paso. Sé
lo que quiero y cómo lucharé por ello. Quiero escribir y lucharé escribiendo.
Ya sabes, no
te vayas sin comentar, sugerir y proponer (siempre desde el respeto), y muchas
gracias por formar parte de todo esto.