El cine, la pintura, la música, la comunicación, la danza, la escultura, la literatura... Manifestaciones de arte que no pretenden más que expresar. Son expresiones, estas, de lo humano; reflejo de valores que somos incapaces de medir pero que sin embargo deseamos traspasar.Tuve recientemente la oportunidad de disfrutar de una de esas manifestaciones tan humanas. Para ser más preciso, decir que la poesía de Herranz me permitió ser testigo del vínculo entre los sentimientos de un autor, de la persona tras el autor, y su impulso natural a traspasar los límites de lo físico para perpetuarse.
Juan Carlos es un diplomado en administración de empresas que ha publicado novelas como La flor prometida, Renacer o Vuelvo a ti. También ha tenido contacto anteriormente con la poesía, y es que en 2004 publicó Punto de partida.
Es ahora, en 2015, cuando consigue el premio de la editorial Círculo Rojo por su antología poética Reflejos del alma, una obra con personalidad propia, como no podía ser de otra forma tratándose de un campo en el que predomina la auténtica esencia de lo que es cada uno.