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domingo, 20 de septiembre de 2015

La chica de portada (Relato erótico)

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Laura estaba apoyada sobre la encimera, vestida únicamente con un sujetador de encaje blanco y una braga tanga del mismo color. Supuse que estaba tomando algo antes de desayunar o quizás ojeaba una de las revistas que tenía sobre la barra americana.
-No te muevas, no hace falta- dije acercándome a ella.

Yo, un niñato veinteañero, caminando lentamente hacia una mujer de portada. Aún me costaba creerlo, pero pensaba disfrutar de su compañía hasta el último segundo.
La abracé desde atrás y acaricié su vientre con las yemas de mis dedos. Sonreí al ver que soltaba una de las revistas.

-Buenos días- susurré junto a su oído izquierdo.

No dijo nada, tomó aire e imagino que se mordió el labio o debió de adoptar un gesto similar. Seguí acariciando su vientre mientras besaba su hombro. Pude notar en mis labios el estremecimiento que provocaba en su piel; era delicioso...

Ambos mantuvimos el silencio y las caricias. Una de sus manos se cruzó entre las mías y se enredó entre mis dedos. Su cuerpo se contraía levemente ante el contacto con el mío. El calor aumentaba entre los dos de la misma forma en que lo hacía el roce.

Alcé una de mis manos y toqué el límite del sujetador. Sonreí, conocía aquella prenda a la perfección. Palpé la parte frontal y la desabroché. Toqué su pecho con ambas manos, sintiéndolos turgentes y bien situados.

Se inclinó aún más, apretando su trasero contra mi paquete en aumento. Correspondí su movimiento sujetando sus caderas y tirando de ella aún más, haciéndola así sentirme más fuertemente.

Le quité la prenda con un rápido movimiento, dejándola caer por sus brazos. Ella curvó su espalda y posó espléndida ante mí. Me detuve a mirarle el trasero, bien definido, provocativo... Lo toqué, no contuve mi deseo de agarrarlo y darle un cachetazo. Ella giró como respuesta a mi actitud encendida y volvió a provocar el encuentro de nuestros cuerpos.

Esta vez nos besamos; era mucho mejor que la noche anterior. Hasta sus labios parecían saber mejor. Noté asimismo su deseo. Se manifestaba en su forma de morderme, de agarrarme, de pedirme a gritos y en silencio que la poseyese allí mismo.

Podría haber prolongado el momento, pero mi instinto me lo impedía. Bajé hacia la única prenda que entonces la cubría a toda prisa, dejando entre sus pechos y su vientre dibujada la estela de mis labios. No pude ni tan siquiera alzar la mirada.

El tiempo se dilató en interminables segundos. El tacto de la lencería se rendía bajo las yemas de mis dedos. Pude oler el aroma del suavizante mezclado con el de la lujuria y las hormonas en ebullición.
Se empezaba a intuir su sexo pero Laura me agarró las manos y las frenó en seco. Me hizo poner en pie y llevó una mano a mi entrepierna, acercando sus labios a mí:

-Quiero jugar yo primero.

Su tono evidenciaba sus siguientes movimientos. Palpaba el bulto que se erguía bajo mi pantalón de pijama y luego me despojó de la prenda. Se arrodilló ante mí y repitió todo el proceso con mi bóxer.

Fui yo quien en ese momento quedó desnudo, apoyando la espalda y los codos sobre la barra americana. Mi bóxer había cedido entre sus manos y mi miembro esperaba el inminente contacto.

Me lanzó una mirada pervertida justo antes de acercar sus labios a mi glande y besarlo suavemente. Luego sacó la lengua y me lo humedeció con deleite. Yo estaba a punto de explotar de deseo, de ganas de empotrarla allí mismo. No obstante, me contuve y la dejé hacer.

Aparté su pelo hacia un lado y ella, agarrando la base de mi pene, se lo metió casi entero en la boca. Con la otra mano empujé su nuca para tratar de hacerla engullir. Ganó un par de centímetros y casi alcanza a rozar mi pubis a costa de una pequeña arcada.
Repetimos el movimiento unas cuantas veces más; mis caderas tomaron solas el ritmo y casi sin darme cuenta continué follándole la boca. Ella se entregó totalmente a la felación, probablemente la mejor que había recibido en mi vida.

La dejó y me miró. Lo que encontraría en mí sería un gesto de sorpresa y ganas de más. Se levantó y siguió provocándome con un contoneo de caderas, de espaldas a mí. Me incliné para besarle un cachete y darle otra palmetada. Acto seguido, le bajé la braga tanga con rapidez.

Rocé mi miembro entre sus nalgas a la par que dejaba mi mano descender por su sexo en busca de su placer. La toqué, la sentí húmeda y entré sutilmente en ella. Un dedo, luego dos y hasta tres. Luego abandoné su vagina y me entretuve con su clítoris.
Se inclinaba aún más para recibirme y yo... bueno, yo seguía masturbándola con las ganas alcanzando niveles inaguantables. Su respiración se agitó junto al ritmo de mi manoseo. Mi pulgar se coordinaba con otro par de dedos y lograban provocar algunos gimoteos ahogados en la increíble chica de portada.

Coloqué una mano en su cintura y con la otra dirigí mi miembro hacia su encuentro. La penetré suavemente para empezar, sintiendo como cedía su cuerpo a mi paso.
Ya dentro, empecé a embestir rítmicamente mientras masturbaba su clítoris con la mano que me quedaba libre. Mi torso pegado a su espalda, sus manos apoyadas sobre la encimera y su silueta dibujada en un solo contorno con la mía.

Aumenté el ritmo de mis penetraciones. Podía sentirla tierna, húmeda, cachonda... Sus gimoteos me encendían más y más. Deseaba desfogar como nunca, acabar dentro sin pensar en nada. Ella, a su vez, me incitaba:

-¡Dame! Dame más. No pares- su voz se entrecortaba por los incesantes jadeos y el vaivén que provocaban mis empujones contra su cuerpo.

Y eso hice, darle más. Sonaba cada colisión, cada nuevo encuentro de nuestros cuerpos. Un nuevo cachetazo producto de la activación y lo di todo, follando como un animal en celo.

-¡Sí! ¡Sigue! ¡Me corro...!- gemía con una voz más aguda de lo normal, propia de las profesionales del cine x.

Nos detuvimos unos pocos segundos. Ahora me tocaba a mí culminar, pero no lo haría en esa postura. Tampoco en aquel lugar. Nos desplazamos varios pasos y pronto llegamos a la sala de estar. Siguiendo mis indicaciones, se colocó en el sofá a cuatro patas, pero no de la forma en que yo tenía pensada.

Sujeté sus piernas, primero una y luego otra, situándolas en el reposabrazos del sofá. Con su cabeza apoyada contra un cojín, conseguimos una inclinación perfecta y una postura de entrega total a mi placer.

Alejó las rodillas y se abrió a mí. Volví a entrar en el calor de su cuerpo, a sentirla bien, a gozarla. Esta vez actué sin contemplaciones, lanzando embestidas más propias de la ira que de la lujuria.

-¡Córrete! Vamos, córrete ya- exhalaba extenuada.
-Sí... ya... Ya llega.

Tomé aire, cerré una milésima de segundo los ojos y la saqué de inmediato para liberar una potente eyaculación sobre su culo. Ambos respiramos aliviados al instante. Me sentía renovado, pero también agotado.

Nos limpiamos. Yo me quedé sentado en el sofá esperando el momento oportuno para reaccionar y lancé una sonrisa cómplice a Laura, que volvía a la barra americana para desayunar y retomar energías.



    © Leo Sarmed. 2015.
    Relato protagonizado por Laura Manzanedo y dedicado a la misma.
*Si quieres un relato personalizado, sea público o privado, contacta conmigo: leo.sarmed@gmail.com

domingo, 19 de abril de 2015

Entrevista a Laura Manzanedo

Toda una inspiración, tanto a nivel profesional como personal.

Podría decir de ella que trabaja como locutora en Ponte a Prueba, el late night de Europa FM (donde conocí su trabajo), que ha posado para tres portadas de la revista Interviú, que ofrece una amplia variedad de registros, que es también actriz, profesora de doblaje e interpretación y que hemos podido verla recientemente incluso en programas de televisión como Mira Quién Salta
En definitiva, podría decir que es archiconocida y famosa por su talento y su larga trayectoria profesional, pero no es eso lo que quiero destacar en este post.

De lo que vengo a hablaros es muy distinto, de otra faceta de Laura Manzanedo que he tenido la suerte de conocer.



Posee uno de los valores a los que más relevancia doy: la integridad. Sorprende también su cercanía con las personas y su trato tan abierto como agradable.
Ya en el programa en el que locuta podemos notar su apertura mental, su falta de tabúes y su flexibilidad a la hora de tratar diversos temas, sin olvidarnos de su ingenio característico.

Me siento afortunado por haber podido intercambiar algunas palabras más con ella a parte de la entrevista y lo cierto es que sus inquietudes artísticas sobresalen en su personalidad. Me llama la atención su afán por aprender, llenarse de cultura y asimismo demostrar su potencial al mundo.

Si tuviese que definirla en un fragmento breve, diría que es una persona repleta de juventud a la que los años regala valiosa experiencia.

Pero ahora mismo, lo que yo diga está de más. Prefiero que vosotros mismos podáis acercaros un poco más a esta diva a través de sus respuestas.
Ahí van.

***

- Convertirse en un personaje público conlleva muchos inconvenientes. ¿Cuáles destacarías? ¿Qué es lo que peor llevas de ser tan conocida?
A ver... ahora se ha puesto de moda, que antes no existía, que preguntas a un niño qué quiere ser de mayor y dice “yo quiero ser astronauta, actriz...” y otros “pues yo quiero ser famoso”. Es la nueva profesión, ser famoso ¿no? Entonces cuando la gente me ve por la calle me dice “¡famosa!”, no te dice que eres actriz o político.
Yo, lo que destacaría de lo negativo... el hándicap, la popularidad. No es nada agradable la venta de tu imagen, estar expuesto; por muchas cosas: una de ellas, que estás siempre como en evidencia y en la boca de la gente. Por el hecho de trabajar en un medio de comunicación se pueden permitir la licencia y se la permiten, mucho más ahora con las redes sociales, de opinar sobre ti. Con lo cual, ¿qué haces?, tener que aguantar todo tipo de comentarios.

- ¿Cómo afrontas las críticas destructivas y aquellas personas que sólo buscan hacer daño? ¿En algún momento te ha podido afectar lo negativo de la fama por “tocarte” en algún momento delicado de tu vida?
Si ahora las llevo fenomenal es porque he tenido que aprender a llevarlas bien, porque en un primer momento no las llevaba así. Ten en cuenta que yo vengo de una familia normal de gente trabajadora que no tiene nada que ver con esta vida y de golpe me encontré con la oleada que es ser una persona popular.
Pero a estas alturas de la vida he aprendido a filtrarlas bien. El secreto es que agradezco la crítica. Toda crítica es positiva, venga de donde venga, porque te ayuda a mejorar.

Recuerdo una ocasión que estaba viviendo en Ibiza y me salió un trabajo en Londres, que era en un programa de call tv. Eso era una cosa nueva en España. De repente empecé a leer foros en Internet, (aún no había redes sociales), y me ponían a caldo. Me afectó muchísimo y dejé el trabajo. Lo pasé muy mal.
Ahora no dejaría un trabajo por eso, porque esa gente no me paga las facturas a fin de mes.

- ¿Cómo crees que es la Laura Manzanedo que la gente ve y en qué se equivocan?
Pues, la verdad, creo que soy una persona que proyecta bastante lo que es por dentro. Yo realmente, aunque tengo un mundo interior muy rico, sí que soy sencilla a la hora de conocerme y saber por dónde van los tiros conmigo. Ya lo dice el refrán: “Sálvame de las aguas mansas, que de las bravas me salvo yo”. El que se confunde conmigo, creo que es porque se siente agredido por las cosas que digo.

- Has posado ya para varias portadas de Interviú y lo cierto es que puedes presumir de cuerpo. ¿Cómo lo haces? ¿Cómo te cuidas y cuáles son tus hábitos de vida más saludables?
Mira Leo, a mí me ha pasado una cosa. Resulta que me agarré a una barra de ballet con 7 años y terminé con 19 años la carrera de danza española. Entonces llevo toda la vida con una disciplina corporal brutal. La verdad es que ahora con muy poquito que vaya a hacer algún deporte, lo noto mucho. También tengo un truco, que es maravilloso, y es que voy a una cosa que se llama Bikram yoga, que lo conocí aquí en España hace muchos años. La diferencia de esta práctica de yoga es que se hace a cuarenta grados de temperatura.
Luego me gusta mucho patinar, correr, tal... y que no se te olvide el agua.
También debo reconocer que una ayudita nunca viene mal; Dieta y Más, con una pastilla al día, es ese empujón que nos hace la labor mucho más fácil. Llevo un mes y estoy encantada.

- Para muchos eres toda una diva pero... vamos a ver cómo de diva eres en 3 sencillas preguntas:
  • ¿Tienes algún objeto de diva? Mira... tengo mogollón. Sobre todo tengo ropa           interior divina que cuando tengo una cita o algo, los chicos se quedan locos. Tengo también sombreros de semicopa, que me encantan.
  • ¿Tienes los típicos `superamigos´ gays? Yo siempre digo que yo soy amiga de los gays desde antes de que ellos supiesen que eran gays.
  • ¿Te han invitado en algún sitio público cuando ibas a pagar? Por favor vida... claro. Yo no pido eeh; soy de poco pedir y mucho invitar, eso es verdad.

- Remontémonos a tus comienzos. Muchos te conocieron con `Al salir de clase´. ¿Cómo eras entonces y cómo has cambiado profesionalmente? ¿En qué has mejorado? ¿Qué crees que te ha ayudado más a conseguir recorrer el camino que llevas y cada logro acumulado?
Al salir de clase fue el primer trabajo en el que se me empezó a reconocer más.
He cambiado una barbaridad. He mejorado en seguridad. Mis amigos se cabrean porque digo que tengo 40 años cuando tengo 39; es que me encanta ponerme años, porque no hay regalo más maravilloso que la experiencia y la madurez. También te digo que para un actor es básica la experiencia en la vida, porque es como el campo de cultivo de su creación como actor. En una vida como la mía procuro soltar semillas para que me pasen acontecimientos y tengo una vida de aventura total.

- Has trabajado en multitud de películas y series de televisión. ¿Qué anécdotas o momentazos que ahora recuerdes te han sucedido mientras trabajabas?
En una ocasión resulta que tenía que hacer una escena en la que tenía que utilizar un teléfono móvil. El director quería hacer del tirón la escena y me dio un móvil. A mitad de la escena empezó a sonar y lo cogí. El teléfono era de uno de los trabajadores y la llamada era su chica. Yo en la escena le tenía que decir “¿Quieres que te lo confiese? Pues sí, le quiero tía, le quiero”. Y claro, me estaba dando cuenta de que estaba haciendo la escena y la chica se quedó muda. Lo pasó fatal la pobre.

- ¿Cómo viviste o qué supuso para ti la ruptura del equipo de Ponte a Prueba?
Pues lo viví mal porque considero que no lo hicieron como lo tendrían haber hecho. Yo entiendo que en la vida los trabajos son eventuales. A mí eso no me molesta ni se lo puedo echar en cara. Pero no estuvo bien la forma de hacerlo. No se portaron bien; eso se avisa con tiempo, otra cosa. Lo que no puede ser es vender o hacer creer a una persona que es algo más que un trabajo, que hay un vínculo fraternal, y que luego una razón mercantil te haga abandonar eso. Entonces no le vendas a la gente una cosa porque eso duele y lo pasa muy mal.

- En antena improvisáis mucho y ofrecéis un show inigualable. ¿Qué consejos darías para una buena improvisación?
Mira, yo he escrito un libro que es `Técnicas de doblaje´. Lo primero, cuando tocamos el tema de la improvisación, que destaco es salmo. Una cosa es el verbo improvisar en la jerga cotidiana; que es sacar algo de la nada. Improvisar en el mundo del arte es otra cosa. Para improvisar tienes que tener clara la estructura de lo que vas a improvisar. No hay buena improvisación sin una buena preparación. 

- ¿Qué busca Laura Manzanedo en un chico? ¿Cómo se puede conquistar a la diva?
Se me hace más fácil saber lo que no me gusta o no quiero. Ahora mismo no sé qué contestarte. Si me pones un chico delante te puedo decir si me gusta o no. He tenido en mi vida chicos tan distintos... He tenido amantes de todas las razas, estatus sociales; altos, bajos, polla fina, polla gorda...
Desde luego, lo que está claro es que no puede ser es una persona insegura. Porque si no es segura, se siente inferior, y una persona así que está a tu lado te hace daño.

- En la etapa de tu vida en la que te encuentras: ¿Te planteas nuevos retos? ¿Tienes objetivos importantes a nivel laboral o crees que has conseguido todo hacia lo que aspirabas?
Si lo pienso como anécdota, todavía no he hecho nada de lo que podría hacer como profesional. No he tenido aún oportunidad de demostrar mi potencial ni para atrás. Todavía necesito que me llegue la oportunidad profesional de verdad. Pero sí que existe un objetivo, una meta,  que sí que tengo conseguida y que es muy satisfactoria, y es que esta profesión es una carrera de fondo, es una carrera de aguantar. Me he tenido que reinventar muchas veces. He trabajado como actriz, como comentarista, haciendo entrevistas, en la radio, en teatro (no sólo como actriz).


***
Y bueno... ¿Qué te gustaría añadir para concluir esta entrevista?
Algo maravilloso. Una de las cosas que más satisfacción me dan de esta profesión y de la oportunidad que me ha dado la radio. No hay cosa que me guste más que conocer gente como Leo, porque ser como la semilla y un poco la inspiración de que otros sean capaces de luchar por lo suyo y que yo sea la persona un poco que les ha inculcado eso y que de repente me encuentre un Leo como tú, que me pareces un niño maravilloso con la edad que tienes, valiente, con ganas y sin miedo, que es por lo que yo lucho que sea la juventud, me parece que es que me emociona viva.
O sea que gracias, eso es lo que quiero completar en esta entrevista porque es la realidad.

***

Y con estas palabras de LM llegamos al final del post. Espero que os haya gustado y que me dejéis vuestras opiniones sobre ella, sobre el contenido o lo que queráis abajo en los comentarios.
A mí personalmente me ha parecido una experiencia enriquecedora como la que más y quiero deciros que me colma de orgullo, de honor y de cierta euforia haber podido ofreceros esta entrada.
Para mí ha significado bastante.

Por supuesto, podéis sugerirme algún artista, grupo y demás a quién os gustaría que entrevistase y yo intentaré conseguir ese material para el blog.

Y, antes de despedirme, quiero compartir con vosotros lo que para mí es ya un tesoro.
¡GRACIAS LAURA!



Gracias también a todos vosotros por hacer todo esto posible. 
Sois mi motor.

Un abrazo infinito y...
¡Hasta la próxima!